Cuando un camión realiza una parada de emergencia, varias toneladas de peso deben detenerse lo más rápidamente posible. Esto sólo se puede conseguir de forma fiable con componentes de freno de alta calidad y un sistema de frenado bien revisado y que funcione a la perfección, porque en una emergencia, cada centímetro cuenta.
Cada centímetro cuenta
Debido a su gran peso, los vehículos comerciales requieren sistemas de frenado especialmente potentes. Por ello, los camiones con un peso bruto máximo de más de 7,5 t funcionan casi siempre con sistemas de frenado de aire comprimido.
El aire comprimido se controla mediante válvulas neumáticas, como la válvula de freno de pie, la válvula de protección de cuatro circuitos o la válvula de freno del remolque. El freno de mano sólo se libera cuando hay suficiente presión en el sistema. Una vez que es así, las partes mecánicas de los frenos de las ruedas se aplican cuando el conductor pisa el pedal de freno y el aire comprimido llega a los cilindros de freno.
Dos sistemas de frenado diferentes
Existen dos sistemas de frenado diferentes en los vehículos comerciales pesados: los frenos de disco y los frenos de tambor. Los frenos de disco no tienen muchas piezas móviles. Esto facilita los ajustes. El mantenimiento también es más sencillo en comparación con los frenos de tambor.
Los frenos de tambor, por el contrario, son más duraderos y se utilizan, por ejemplo, para aplicaciones fuera de carretera o en obras. Gracias a su diseño cerrado, estas piezas de los frenos están perfectamente protegidas de la suciedad y la corrosión causadas por el agua y la sal.
Actualmente, ambos tipos de frenos se siguen utilizando en los vehículos comerciales
